Flora Poste y los artistas, de Stella Gibbons

Hace un año que leí el primer libro de Flora Poste, La hija de Robert Poste, y me gustó mucho la protagonista y el humor de Stella Gibbons, así que al final me hice con esta segunda parte. En verdad no es una segunda parte exactamente pero la protagonista es la misma, el caso es que quería leer más cosas de esta autora y mejor seguir por algo que ya sabía que me gustaba.

En esta ocasión el libro es de la editorial Impedimenta, bastante pequeño de tamaño (tipo de bolsillo) con cubierta fina con sobrecubierta. La sobrecubierta es de papel grueso y marcado (no sé cómo definirlo, perdón), y en las solapas viene una breve historia de la vida de la autora con letras en color naranja y blanco. Personalmente no me gusta mucho que el texto quede cortado y continúe en la otra solapa pero bueno. En la parte de atrás, como no podía ser de otra manera, está la sinopsis en los mismos colores, naranja y blanco, con además la ilustración de la portada en pequeño y en la parte de abajo. La portada me gusta bastante, viene remarcada en un recuadro negro, y se ve el título y el nombre de la autora en una banda blanca pero no de un color sólido, y una ilustración con una cama con dosel y una ventana, se ve acogedor y bonito. Al quitar la sobrecubierta lo que nos encontramos es la misma imagen pero en grande y completa, ocupando ambas tapas. La primera página viene sorprendentemente a color, con el título y el nombre de la autora y del traductor, con detalles en rojo. Tras una buena introducción ya está la novela, que consta de 10 capítulos con notas a pie de página, y al final del todo un índice. Es una edición simple pero bonita y cuidada, me gustó.

Pero ahora ya toca hablar del libro. Está narrado de una forma muy amena y clara, resulta rápido y ágil, pero aunque en teoría podemos leerlo con independencia de La hija de Robert Poste, es verdad que nos perdemos mucho si no lo hacemos pues el primero lo leí hace algo más de un año y no me acordaba de mucho, especialmente de los personajes y eso tiene su importancia, al menos para saber de quién están hablando y esas cosas. No es que la familia Starkadder sea de nuevo la protagonista de este libro exactamente, pero son una parte importante y yo no recordaba sus nombres ni lo que habían hecho, así que eso fue un problema pero me apañé. Se puede seguir la lectura pero leer de antemano la primera parte no está mal. La protagonista indiscutible de Flora Poste y los artistas es Flora, aunque ya no se apellida Poste sino Fairford, y han pasado 16 años desde la primera vez que pisara Cold Comfort Farm (los mismos años que pasan de una publicación a otra, lo cual es un detalle que me gusta). La idea de la historia es sencilla: los Starkadder ya no son dueños de la granja, y se va a celebrar un congreso de especialistas allí, para lo que el señor Mybug (aparecido ya en La hija de Robert Poste) pide ayuda a Flora para organizarlo todo. Flora deja sus obligaciones para dirigirse al pueblo de Howling y ver qué ha ocurrido, ya que hace años que no tiene noticias de sus familiares y le preocupa, y con esta premisa da comienzo el libro. Lo que ocurre es bastante simple pero lo que quiere la autora no es como el primer libro, sino que directamente es una crítica a su tiempo después de la Segunda Guerra Mundial.

Cuesta entender estas críticas ya que son muy concretas, como por ejemplo el que el Gobierno comprara la granja porque no producía lo suficiente y la convirtiera en una especie de museo etnológico de 'la vida en el campo', cosa que se puso de moda en la Inglaterra de esos tiempos. También los llamados especialistas son un conjunto de esperpentos (más que los Starkadder), cada uno más surrealista que el anterior. Es una crítica a la sociedad y a la forma de llevar el país después de la guerra, con artistas muertos de hambre que poco tienen de artistas, y especialistas para todo que no solucionan nada, aunque en teoría están para eso. La fácil solución de los problemas de los Starkadder hace pensar que la autora simplemente quería darnos una visión satírica de todo lo que estaba ocurriendo, ya que Flora tampoco es que haga mucho además de armarse de paciencia y esquivar a la gente. El humor sigue siendo un tanto especial, absurdo y extraño pues no sabes cuándo están sobreactuando y dramatizando los personajes o no, pero creo que es la gracia de esta autora y de estos libros ya que al final tanto drama resulta en todo lo contrario. De nuevo no creo que sea para todo el mundo pues es un tanto particular pero a mí me gusta haberlo leído y sigue siendo recomendable para los fans de Gibbons.

Comentarios