La inquilina de Wildfell Hall, de Anne Brontë

De nuevo llega otra reseña de una obra de Anne Brontë, esta vez de La inquilina de Wildfell Hall, su segundo escrito después de Agnes Grey y por cierto el último. Imagino que después de este ya podría acercarme a los libros de las otras Brontë pero no sé, ya veremos, no es que Jane Eyre me llame mucho y menos habiendo leído sobre Charlotte... en fin, vamos con la reseña de este libro.

La edición corre a cargo de Alba minus, una editorial de la que no tenía constancia la verdad, pero que viendo su catálogo tiene cosas bastante interesantes. El libro es de tapa blanda, algo grande para lo que estoy acostumbrada y hojas gruesas, con lo que parece que no pero avanzas muy rápido leyendo. No he visto errores ni faltas ortográficas y todo se lee bien, márgenes amplios y letra grande, con alguna que otra nota del editor pero sin introducción ni nada por el estilo, simplemente la historia. Sí tiene por el contrario una pequeña nota al texto donde se explica la edición usada para la traducción, y luego un prefacio de la propia Anne Brontë que aparecía en la segunda edición. Tras esto se pasa directamente a la historia, aunque no empieza con el capítulo 1 sino con una breve carta. Y es que la novela está narrada a modo de cartas, en un total de 53 capítulos numerados en números romanos. Otro detalle por comentar de la edición es que la numeración de las páginas está arriba, y también aparece en ese margen el título del capítulo en el anverso y el título de la novela en el reverso. El problema que le he encontrado a esto, y creo que es el único error que he visto que ahora mismo recuerde, es que en el último capítulo aparece el título del capítulo 40 en vez de el del 53 y me ha molestado un poco porque ocurre en todas las páginas pero bueno.

La historia empieza con una carta de Gilbert Markham a J. Halford, que promete contarle de lo ocurrido en la zona, pero especialmente con la llegada de una nueva inquilina que se ha instalado en la vieja mansión de Wildfell Hall. Aparentemente es una viuda con un niño pequeño, no muy sociable pero hermosa, lo que sin duda atrae todo tipo de comentarios hacia su persona. Pero Markham empieza a verla de forma distinta a pesar de la primera mala impresión y sus sentimientos van evolucionando hasta que, tras todo un terremoto de emociones, la narradora pasa a ser Helen Graham, contando los hechos de su pasado mediante su diario. Este es el grueso de la obra, donde vemos su juventud, su matrimonio y podemos entender su situación. El principio con Markham me resultó muy interesante y entretenido, definitivamente me gusta la forma que tiene Anne Brontë de contar las cosas y además es capaz de crear personajes profundos y complejos, muy realistas, igual que sus sentimientos y acciones que nos resultan lógicos. El principio como dije me enganchó, y no pude dejar de leer hasta saber qué pasaba con la señora Graham y la verdad es que es todo un descubrimiento. De repente la novela cambia por completo e igual el tono, pues ya no es un amigo contándole a otro sino que es el diario de Helen contando de forma más profunda y personal por lo que está viviendo. Y da para mucho, tristemente. No estamos ante una novela alegre o feliz sino todo lo contrario; ciertamente el principio es más bonito a su manera pero lo que sigue no. Esta segunda parte es que no pude dejar de leer hasta saber qué pasaba y curiosamente una vez acaba, ya que es Markham quien está leyendo y transcribiendo todo esto para su amigo, volvemos al presente con él como protagonista de muevo. Realmente no esperaba que pasara lo que pasa pero me gustó, aunque considero que el final está narrado de forma más rápida y presurosa que todo lo anterior. Se nos habla también de qué ha sido de todos los personajes que fueron apareciendo por la obra y en este punto me recordó más a una novela de Jane Austen ya que todos acaban bien y de forma feliz, con los "malos" teniendo su merecido. En este caso igual que en Agnes Grey, se nota mucho el pensamiento de la autora y la religión es muy importante aunque es algo que se ve principalmente en Helen, que es la verdadera protagonista.

Esta novela ya no es tan autobiográfica como Agnes Grey pero también tiene parte de verdad y parece ser que Anne se inspiraría en su hermano y su alcoholismo para retratar a algunos personajes, de ahí la crudeza de sus escenas y el que esté tan bien explicado, tristemente. Porque sí, el libro trata sobre un matrimonio mal avenido por culpa del alcoholismo (entre otras cosas, ya que el carácter del señor Huntingdon deja mucho que desear). Supongo que se nota un poco al final, a pesar del gran trabajo que hace la autora para crear y diferenciar a sus personajes, que al final el protagonista también tiene mucho de ella, y no solo Helen, también Markham, que se ve un poco en su forma de hablar. De todas formas todos los personajes se distinguen y me gusta mucho cómo están hechos. Al no ser ya tan autobiográfica, creo que se centra también en recrear lugares y paisajes, o al menos yo me vi transportada a esos lugares que describía. Seguro que Anne, si hubiera podido seguir escribiendo habría creado otras grandes obras pero no pudo ser. La inquilina de Wildfell Hall me ha sorprendido mucho para bien, me ha tenido enganchada a su historia y a su crudeza que tanto conozco, pero al final todo acaba como debería y un final feliz siempre se agradece. Ha quedado una reseña un poco corta pero es que no quiero destripar nada ya que los giros argumentales son la gracia del libro, así que sí, recomiendo esta novela para aquellos que quieran empezar a leer las obras de las Brontë y no sepa muy bien por dónde.

Comentarios