Momo, de Michael Ende

Este es uno de esos libros que me prestó mi hermana cuando ya cansada de leer cosas serias necesitaba una novela. Todavía me quedan tres por leer después de este pero ya veremos si hablo alguna vez de ellos. De Momo realmente no pensaba hablar ni hacerle entrada pero al ir leyéndolo, a pesar de ser en apariencia un cuento... no sé, tiene más de lo que parece. Recuerdo que había una serie cuando era pequeña, de dibujos, pero aparte de una idea general de qué iba no recuerdo nada más por lo que esta lectura fue bastante sorpresa pero vamos con el comentario a ver cómo sale.

Empezando como siempre por la edición, la que teníamos en casa es del Círculo de Lectores del año 1987 y aunque realmente no es tan viejo estaba un poco descuidado, con todas las hojas ya amarillas del tiempo. Es de tapa dura con sobrecubierta en la que se nos presenta una ilustración de Momo, del propio autor, conformando por la parte de delante y de detrás una única imagen, solo de color beige en tonos más claros u oscuros. En las solapas aparece una sinopsis de la obra y una pequeña biografía del autor que sinceramente no conocía y no he leído nada suyo hasta ahora (opinión impopular, nunca me ha gustado La historia interminable). Al quitarla nos encontramos con un libro marrón con el título en el dorso y ya está.
El índice está al final y el libro se divide en tres partes divididas a su vez en capítulos de títulos curiosos ya que son siempre frases de adjetivos contrarios como por ejemplo Una ciudad grande y una niña pequeña, o Una persecución alocada y una huida tranquila. En total cuenta con veintiun capítulos más un epílogo del autor, además de algún que otro dibujo entre sus páginas, también de Ende con a veces alguna perspectiva extraña pero bonitos, como hechos a boli, bien dibujados y con profundidad, del estilo de la portada.

Y ahora pasemos a la narración y la historia. Seguramente me quede bastante corto pero hay que tener en cuenta que este libro es algo así como un cuento moderno por lo que es sencillo en general y solo pensando se pueden sacar esas otras ideas que el autor quiere transmitir. El lenguaje es muy de cuento pero encontré alguna que otra frase extraña que no sé si era un problema de traducción porque mucho sentido no tenían y la verdad es que es una pena. Errores ortográficos creo que no encontré ninguno aparte de lo comentado, creo que pasa más que nada al principio del libro pero ahora no sabría decir. Es, como decía, un lenguaje tipo de cuento, como si alguien nos estuviera contando una historia y es así como todo está narrado, un narrador omnisciente que a pesar de eso tampoco ahonda mucho en todos los personajes y a veces nos cuenta por encima qué les pasa y qué sienten porque siendo realistas no es lo principal, es una consecuencia de la historia que está pasando que es lo realmente importante. A pesar de que en apariencia es el mundo actual el que se está describiendo, no se concreta en ningún momento y eso le da ese toque mágico de los cuentos. Porque al principio podría ser algo normal, algo que podría pasarle a cualquiera (que es la gracia de los cuentos) y eso me gustó hasta que entran en escena los hombres grises y todo se desencadena. Ciertamente aún nos encontramos en ese mundo que podría ser el nuestro pero pasan ya cosas más inverosímiles pero que no hacen que la historia sea menos creíble, no sé si me explico.
Momo es la protagonista del libro, una niña que vive en un anfiteatro abandonado un tanto enigmática. Sus mejores amigos son Gigi, un joven que siempre cuenta historias, y Beppo, un señor mayor que es barrendero. Los dos se preocupan mucho por la niña pero también hay muchos niños que van al anfiteatro a jugar con Momo, y otra gente que le lleva comida. Son todos de clase baja y se ayudan los unos a los otros pero el tiempo cambia y aparecen los hombres grises. Es un misterio quiénes son pero en cuanto hacen su aparición, la gente ya no tiene tiempo de nada, de disfrutar de los rayos del sol, de oler las flores, de hablar con sus vecinos... Nadie les recuerda, salvo Momo, que de repente se convierte en un peligro para ellos.

Me gusta mucho cómo está narrada esta historia, no se detiene en detalles innecesarios y siempre va al grano, y bueno, aquí viene la parte con spoilers supongo que es el significado del libro. Los hombres grises son como los ladrones del tiempo de los hombres, y se presentan de traje, en lujosos coches, con maletín, sombrero, una libreta donde siempre toman notas y un cigarro en la boca. Siempre ahorran tiempo y bueno, su forma ya nos recuerda a alguien, trajeados y siempre con prisas. Dejan a los hombres sin tiempo y dado que los convencen de la necesidad de ahorrar tiempo de todas las formas posibles dejan de disfrutar de la vida porque en verdad son las pequeñas cosas las que nos hacen felices y no tenemos que dejar de hacerlas solo porque no tengamos tiempo, y tengamos que trabajar como si no existiera otra cosa para tener más y más cosas. Esa es otra de las críticas que veo del libro, que sería al sistema de producción del capitalismo por el que hay que hacer lo máximo posible en el mínimo tiempo y así ahorrar tanto tiempo como dinero y tener más. Pero sobre todo esto se ve con Gigi y la idea que nos transmite Ende: la gente quiere más y más, no disfruta las cosas porque solo quiere la novedad, en cuanto pasa ya no interesa. Esa avidez, ese aburrimiento por todo es justo lo que está pasando en nuestra sociedad y este libro es de los 70.
La verdad es que me ha gustado mucho, la narración de cuento me encanta, la historia es bonita y el mensaje en el fondo también, es en verdad de esperanza, como un aviso, pero tristemente como sociedad no parece que haya calado. Nunca había leído Momo y ha sido una sorpresa pero sin duda lo recomiendo, me ha gustado mucho.

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