Derceto

Derceto era como conocían los antiguos griegos, en forma abreviada, a la deidad siria Atargatis. Popularmente se la describe como la diosa-sirena.
Era la representación femenina y las fuerzas fecundantes de la naturaleza, así como Dagón era la masculina.
El hecho de representarla con medio cuerpo de pez se debe a la leyenda referida por Diodoro Sículo en la que Derceto ofendió a Venus y entonces la diosa le inspiró una pasión ciega hacia uno de los que le ofrecían sacrificios en el templo, el pastor Caístro. De esta pasión nació una niña, Semíramis, que llegaría a ser reina de Babilonia. Después de nacer su hija, también por obra de Venus, acabó el amor que Derceto sentía por ella, y al que siguió el conocimiento de su falta y la vergüenza de haberla cometido. Derceto, llena de ira, abandonó a su hija, hizo matar al hombre a quien había amado y se arrojó al agua dispuesta a darse muerte, lo que los dioses no permitieron. Así dio origen a su morfología anfibia.
Las primeras representaciones de Derceto la presentaban como un pez con cabeza humana y piernas, similar a la diosa babilónica Ea.

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