Caronte griego y Charun etrusco

No se me ocurría ninguna tontería que contar, y tras varios intentos fallidos he decidido hacer una entrada de mitología porque, en mi mortal aburrimiento, he descubierto que Caronte y Charun (el Caronte etrusco) molan mucho.

En la mitología etrusca, Charun actúa como un ser con el papel de conducir las almas de los difuntos en el inframundo.  

El Charun etrusco era fundamentalmente diferente de su homólogo griego. Se le representaba protegiendo la entrada al inframundo con un martillo, su símbolo religioso, ademas de tener orejas puntiagudas, serpientes alrededor de sus brazos y una coloración azulada que simboliza la decadencia de la muerte. En algunas imágenes tiene alas enormes. También se le representa como una criatura grande con cabellos de serpiente, una enorme y ganchuda nariz de buitre y grandes colmillos como un jabalí, enormes cejas crespadas, enormes labios, fieros ojos, orejas puntiagudas, una barba negra, enormes alas, piel descolorida (palida, azulosa o grisasea) y serpientes alrededor de sus brazos. (Es curiosa la similitud entre este Charun y las antiguas representaciones de Medusa en el Gorgoneion)
El carácter grotesco de la representación de Charún parece haber sido al menos parcialmente apotropaico en principio. El arte Apotropaico prácticado por sus vecinos griegos en este momento, quienes solian representar ojos exagerados pintados en recipientes para beber en el siglo VI a.C. para conjurar a los espíritus mientras se bebe o la representación monstruosa de la Medusa cuya imagen se dice que volvia a los hombres en piedra. A través de estas imágenes violentas, grotescas y sangrientas, los etruscos creían defenderse de los malos espíritus a las tumbas, así como santificarlas los lugares del sacrificio ritual de un animal real que se realizaba en los ritos funerarios.

Se supone que Charun y Vanth solo escoltaban a los muertos hasta su destino, pero también se han encontrado casos en que aparecían amenazantes. El martillo solía ser utilizado para proteger a los muertos y también para alejar a las serpientes que atacaban los cadáveres. Para acabar con la versión etrusca, algunos demonios etruscos equipados con remos, los usaban como armas en vez de para su función marítima. 

El Caronte griego no difiere demasiado, se ocupa del mismo papel. Su nombre significa 'brillo intenso' y era el barquero del Hades, encargado de guiar las sombras errantes de los difuntos recientes de un lado a otro del río Aqueronte (o según Virgilio el lago Estigia) si tenían un óbolo para pagar el viaje. Aquellos que no podían pagar tenían que vagar cien años por las riberas del Aqueronte, tiempo después del cual Caronte accedía a portearlos sin cobrar. Era el hijo de Érebo y Nix. Se le representaba como un anciano flaco y gruñón de ropajes oscuros y con antifaz (o, en ocasiones, como un demonio alado con un martillo doble) que elegía a sus pasajeros entre la muchedumbre que se apilaba en la orilla del Aqueronte, entre aquellos que merecían un entierro adecuado y podían pagar el viaje.

Se desconocen los motivos por los que Caronte dejó pasar a Heracles, pero a causa de ello Caronte fue encarcelado un año con la acusación de haberle dejado pasar sin haber obtenido el pago habitual exigido a los vivos: una rama de oro que proporcionaba la sibila de Cumas. Otro mortal que logró cruzar dos veces victorioso el Aqueronte es Orfeo, quien encantó a Caronte y a Cerbero para traer de vuelta al mundo a Eurídice, a quien perdió definitivamente en su viaje de vuelta. Psique también logró hacer el viaje de ida y vuelta estando viva.
La primera mención de Caronte en la literatura griega parece ser un poema minio, citado por Pausanias. Dicho poema atribuye a la leyenda de Caronte un origen egipcio. Los etruscos mencionan también a un Caronte que acompañaba a Marte a los campos de batalla.




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