Peste pulmonar, bubónica y septicémica

- Peste pulmonar o neumónica: ocurre cuando la bacteria Yersinia pestis infecta los pulmones. Este tipo de peste puede propagarse de persona a persona a través del aire. La transmisión puede ocurrir si una persona inhala bacterias aerolizadas. La peste pulmonar también puede propagarse al inhalar Yersinia pestis suspendida en las gotas minúsculas que se forman en las vías respiratorias de una persona (o animal) que sufre de peste pulmonar. Para infectarse de esta manera, por lo general se requiere que una persona esté en contacto directo y cercano con una persona o animal enfermo. La peste pulmonar también puede darse si una persona que sufre de peste bubónica o peste septicémica no recibe el tratamiento pertinente y la bacteria entra a los pulmones.
En la peste pulmonar, las primeras señales de la enfermedad son fiebre, mareos, dolor de cabeza y debilidad; además se presenta rápidamente un cuadro de pulmonía con dificultad para respirar. La neumonía progresa durante 8 a 10 días y puede provocar insuficiencia respiratoria y shock.

- Peste bubónica: es la peste más común. Esto ocurre cuando una pulga de una rata infectada por el bacilo, pica a una persona, o cuando ésta se infecta con materiales o alimentos contaminados que entran por algún corte en la piel, o al ser ingeridos. Cualquier animal o insecto que vive y se reproduce en cloacas, como por ejemplo las cucarachas y las ratas, son una vía fácil para una contaminación y posterior infección. A los pacientes se le hinchan y duelen los ganglios (llamados bubones), tienen fiebre, mareos, sabores metálicos, dolor de cabeza, escalofríos y se sienten débiles.
La forma bubónica se caracteriza por fiebre, dolor de cabeza, escalofrío, hinchazón y dolor de los ganglios linfáticos zonales. Normalmente se ven afectados los axilares, cervicales e inguinales. Se puede producir la fistulización del ganglio, con drenaje de su contenido. Debido a la CID, se pueden desarrollar trombos con áreas isquémicas en determinadas zonas de la piel (color azulado o negruzco de la piel), circunstancia ésta que da nombre a la enfermedad (Peste Negra). Si se produce diseminación septicémica se puede desarrollar sintomatología respiratoria (síndrome gripal, neumonía, esputos sanguinolentos) o nerviosa (convulsiones, opistótonos, etc.) con muy mal pronóstico.

- Peste septicémica:  ocurre cuando la bacteria de la peste se multiplica en la sangre por sí sola o a consecuencia de una complicación de la peste pulmonar o bubónica. Cuando ocurre por sí sola, se da de la misma manera como se da la peste bubónica, pero no se forman bubones. Los pacientes presentan fiebre, escalofríos, postración, shock y hemorragia en la piel o en otros órganos. La peste septicémica no se propaga de una persona a otra.

Hay otra forma, que es la neurológica. Suele ser una complicación de la forma septicémica.

Las fotos de los bubones y demás no me interesan, si sois unos morbosos lo buscáis vosotros, igual que el tratamiento, que considero un poco aburrido. Los remedios inútiles antiguos tienen mucha más gracia.